Aprendiz de capo
Por Xavier Lasso
En qué próximo escenario, y ante quién, el aprendiz de mafioso llorará para pedir perdón por haber trabajado para este gobierno. Ya lo hizo antes, fue Teleamazonas y Janet Histroza, lo escogido por Juan Sebastián Roldán para, con oportunismo descarado, lo peor de esa política, llorar ante una parte de Ecuador, burguesía y pequeña burguesía ignorantona, e implorar misericordia, pero de todas maneras este personaje de la peor especie quedó marcado para siempre, y llorar dos veces no le será posible.
Cómo se atreve, ya sin mascara, a amenazar a posibles candidatos y, corridos todos los velos, sin vergüenza alguna, desvelar que la justicia, o ese manoseado aparato judicial, está para perseguir a los actores políticos que no se han rendido ante el gobierno del títere Moreno.
El engominado Roldán, voz tiple, peripuesto, nos sorprendió, parecía que hablaba con sentidos, parecía un progre, pero no: es oportunismo puro, y los toros radica su máximo interés. No saldremos corriendo, no sirven sus amenazas porque es él, y sus adláteres, los que deberán ser sometidos, cuando todo este temporal haya pasado, a la implacable justicia, sin venganzas, no anida en nosotros ese pobre sentimiento, pero tampoco impunidad.
Son una vergüenza, no tienen recato, el poder y su parafernalia: el chofer, los guardaespaldas, las secretarias, el ejército de aduladores, es lo que los explica. De el afán de servir, ni idea; la angustia de la gente, peor. Han mandado a los pobres a morir en esta pandemia. Se han gastado dinero contratando marketeros para dizque mejorar la imagen. No hay como, hasta el más elemental publicista te sugiere que primero tienes que tener algo que vender, lo que estos deberían tener es pura vergüenza, rostros impresentables, empezando por el Roldán de marras, la Romo, Granda y tantos que se colaron en la foto, oportunistas, vanidosos y con afán irrefrenable de poder.
Ya lo sabemos, advertidos estamos, como en el peor de los fascismos se dedicarán a perseguir, a inventar sórdidas historias y si eso no es suficiente, porque las irrenunciables convicciones pueden llevarnos a un nítido triunfo, prepararán un fraude electoral.
Pilas, estos son capaces, en su desesperación, de todo, en realidad ya lucen así: como loquitos, creyendo que los ocho meses que faltan para que se larguen es un siglo; el tiempo inexorable los apartará y podremos destapar toda la sordidez en la que se han movido y la historia, y el pueblo, los pondrá en su lugar.
Quién se ha creído este insolente, que octubre será siempre igual, que podrá agredir a los indígenas, que podrá burlarse del pueblo. Como se nota la gran desesperación que hoy lo invade.
*Reproducido por cortesía del autor.