Criminal de lesa humanidad

La Raíz - Pensamiento Crítico
2 min readOct 20, 2020
Foto: © CC0

Por Xavier Lasso

Luis Almagro, diplomático de carrera, ex ministro de José Mujica, secretario de la OEA desde 2015, denigrado por expulsión del Frente Amplio uruguayo, personaje oscuro que forma parte de la gavilla de traidores, o trabajado por esas instituciones del imperio que cooptan gente sin escrúpulos, a las que les han encontrado muchos trapos sucios y chantajean con facilidad. Los ecuatorianos conocemos de eso bastante.

Luis Almagro, por el papel que jugó en Bolivia, en la crisis de noviembre de 2019, la del supuesto fraude electoral, que solo él vio, que quiso ver, con masacres como la de Sacaba y Senkata, en EL Alto y Cochabamba, con decenas de muertos, tiene mucha sangre en sus manos y debe ser llevado a una corte internacional para que responda por sus crímenes de lesa humanidad.

No es venganza, ese sentimiento nunca debe anidar en el alma humanista, pero tampoco le hace bien a sociedad alguna dejar impunes los crímenes perpetrados por estos lacayos, al servicio de señores que hacen de la guerra su gran oficio.

Luis Almagro sostuvo la teoría del fraude para perseguir a Evo Morales, al que le quemaron la casa; otro funcionarios de la Bolivia del MAS debieron huir porque habían sido amenazados de muerte; muchos soportaron insultos, escupitajos. La situación fue grave, muy grave, con atisbos de guerra interna. Almagro atizó el odio, a control remoto desde Washington, desde su cómoda oficina en la OEA.

No estoy seguro, pero: ¿La Corte de La Haya podría recibir una demanda contra este funcionario?

Alerta, los buenos abogados, de aquí, de otras partes, de esta región, nuestra región, quizá deban empezar a preparar las razones por las que este hombrecillo deba ser llevado a rendir cuentas. Nos haría bien dejar aclarado lo qué pasó.

Hoy, casi un año después, la miseria de Almagro ha quedado evidenciada: Luis Arce, el ministro de economía de Evo Morales, ha ganado las elecciones con tan amplio margen que ahogó al golpismo. Simple lógica: el movimiento político que perpetró el fraude obtiene más de diez puntos porcentuales adicionales un años después. No hubo fraude, hubo golpe y mucha violencia.

En Bolivia un economista se hará cargo de reparar todo lo destruido por la muy mediocre y muy corrupta Jeanine Áñez. Ese es otro paralelismo con Ecuador, casi al calco: la misma ciencia deberá reconstruir lo que tanta estulticia, tanta maldad, ha destruido.

En noviembre será la posesión de Luis Arce, seguro que Almagro no podrá asomar las narices por Bolivia. Otro paralelismo: en mayo tampoco lo querremos por Ecuador.

  • Texto publicado con la autorización del autor

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