Economía vs. Salud

Por Byron Villacís

La Raíz - Pensamiento Crítico
5 min readJul 20, 2020
Cuarentena en Ecuador.

(Este artículo se deriva de la participación de Byron Villacís en el evento: “La gestión del gobierno frente al Covid-19: ¿Economía vs. Salud?” realizado el jueves 9 de julio de 2020)

Voy a hablar en dos partes:

I. Sobre la disyuntiva

No creo que nos enfrentamos a una disyuntiva, o a una competencia, o a un dilema. Hay que analizar cualquier hecho social desde su contexto histórico y temporal. Cuando llegó la pandemia estábamos en una situación en particular, en condiciones específicas que deben ser reconocidas ANTES de evaluar la situación post pandemia.

Este simple, pero necesario paso, ayuda a evitar un error que precisamente los administradores actuales del país intentan hacernos caer a todos. Se trata de juzgar la situación de forma comparativa y de culpar las consecuencias exclusivamente a un fenómeno global. Para empezar Ecuador atravesaba una crisis provocada por su gobierno: el plan de acercamiento al FMI ya se había activado, todas las campañas de comunicación para justificar la reducción del estado estaban activadas, y el ataque al servidor público estaba en pleno auge. Así nos recibió la pandemia, con un gobierno que inauguraba McDonald’s como obra, con un doble movimiento geopolítico: alinearse irrestrictamente a los intereses de Washington y el desmembramiento de todo tipo de cooperación fuera de los intereses americanos. A eso, económicamente ya se registraba un claro debilitamiento de la clase media.

Lo que sucedió entonces fue que ANTES de la pandemia la disyuntiva ya estaba resuelta, y no se trata de economía versus salud, sino de Financiarización versus sociedad. Me refiero con financiarización al intento de lograr que todo interés y objetivo nacional se centre en desarrollar y maximizar los beneficios del sector financiero, los bancos. Supeditando así cualquier meta al interés de las “grandes finanzas” como las denominaba Polanyi. Cualquier intención que implique el desarrollo local o multidimensional era y es secundario, lo que interesa es la salud financiera de los bancos locales, lo cual implicaba darles la billetera electrónica, permitirles “controlar” la entidad de control, buscar flexibilizaciones a su accionar a como de lugar, intentar subir tasas e incrementar cobros a los clientes.

Esto, en nuestro país, va siempre de la mano con el acomodamiento de la situación de grupos de poder. Recuerden las ganancias de los bancos, los impuestos a clase media la destrucción de sistema escolar, la implantación de escuelas unidocentes, el desmantelamiento de universidades públicas, la eliminación de exámenes de acceso a educación pública. Todo esto sucedía antes de la pandemia.

Como lo dije en un análisis previo, estos dos hechos están muy relacionados, aunque parecen des conexos. Desmejorar y quebrar la educación superior pública hace que el recién graduado tenga que obligatoriamente buscar espacios en universidades privadas, ese hecho implica la cosificación de la educación. Lo que se debe entender como lo que es: un derecho, se convierte en una mercancía. El momento que sucede eso se amplía un “mercado” no solo para universidades privadas de mala calidad sino para los bancos que están asociados a algunas. Si eres pobre y no tienes la opción de universidad publica tienes que ir a privada, y si no tienes dinero tienes que endeudarte.

A la larga entonces, y de nuevo, financiarizas, la educación, lo endeudas al estudiante y gana el sector bancario. Que importa si pierde la sociedad, la educación, la equidad. Esta financiarización, como había dicho en ocasiones anteriores, (recuerdo el primer evento que gentilmente me invitaron), se encarga de crear un framing finaciero de la realidad nacional. No importa el desempleo, importa el riesgo país, no importa la inflación de la canasta básica, importa la estabilidad macro, no importa que la clase popular y media no coma, importa el equilibrio fiscal. No importa una agenda soberana, importa que nos vean bien en Washington. Un colonialismo patético reducido a entreguismo, pero que, en el fondo, implica concentración de poder y de riqueza en élites locales. Esto ya estaba ejecutándose ANTES de la pandemia.

Esa agenda política, que debe paso fue algo por lo que nadie votamos, ya estaba activa. Lo que sucedió con la pandemia entonces fue que se aprovechó la crisis para justificar un aceleramiento y un extremismo en la aplicación de esa agenda.

Usaron vidas como pretextos para implantar un modelo.

Todo fue una justificación que ya estaba sembrada desde antes ¿De verdad esperábamos que un gobierno que satanizaba a servidores públicos, invierta en ellos en una emergencia? Lo primero que hicieron fue asegurarse que los bancos funcionen siempre, inclusive en cuarentena. Luego fue una reacción en cadena que solo demostró torpeza y desconocimiento en la administración de lo público, hasta el día de hoy.

Entonces, a manera de conclusión del primer punto:

  1. No hay disyuntiva entre economía y salud. La disyuntiva es entre financiarizacion versus sociedad.
  2. Y no es una competencia, es una absorción: el interés financiero COOPTA los intereses sociales, inclusive en medio de una pandemia.
  3. La absorción no es pasiva ni silenciosa: es violenta y ruidosa: ataca a profesionales, ataca a organismos científicos, ataca a los becarios. Lo que importa es que los bancos y sus grupos de poder estén bien, no importa la ciencia, la educación, la salud.

Ahora paso a mi segundo punto que intenta irse mas allá del análisis. Porque la verdad, análisis tenemos muchos y creo que todos estamos cansados de diagnósticos. Creo que hay tres estrategias concretas que a mi modo de ver representan una salida a esta locura.

II. Sobre la reacción

Primero, eso: reaccionar. Ecuador es fantasmagóricamente pasivo. No reacciona. Están literalmente rifando los activos públicos y la gente se indigna pero no nos movilizamos. La rifa “legal” es privatizando, la rifa “ilegal” es corrupción. Todos los días hay escándalos que si no es porque se caen avionetas o porque algún medio internacional reporta el interés de privatizar empresas grandes del Ecuador uno no se entera. La primera cosa que debemos hacer es urgentemente buscar alianzas, buscar puntos de acuerdo y movilizarnos. Jamás voy a coincidir 100% con X, Y o Z pero de una vez por toda la clase media se debe dar cuenta que no es no es clase media. Es clase popular que le hicieron creer que es clase media. Una clase social se define en comparación relativa con los extremos, siempre nos gusta compararnos con el estrato popular para decir que no somos pobres, pero no nos damos cuenta que el estrato alto no esta para nada cerca. Hay desigualdad extrema cuando un tipo gana 3 o 4 millones de dólares al mes. Hay que formar alianzas y conectar puentes entre gente la clase social “media” y popular o todos terminamos despareciendo.

Segundo. Volver a profesionalizar el debate público. NO solo ciencia, sino ciencia diversificada y basada en evidencia.

Tercero: descentralizar comunicación, haciendo eco y repitiendo el mensaje que lo habíamos conversado con Uds. la ocasión inicial.

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